COVID-19 causada por ómicron NO es un resfriado común

Múltiples estudios han mostrado que el COVID-19 causado por ómicron tiene reducción tanto en la infectividad como en la inflamación de los pulmones, así como menor carga viral, en comparación con otras variantes. Estos hallazgos se han interpretado erróneamente, como que el cuadro clínico que da ómicron es un cuadro respiratorio leve, en personas vacunadas. Esta concepción es errónea y peligrosa.

Sufrir COVID-19 con síntomas leves no significa que no tengamos problemas a largo plazo, ya que la afección es una infección sistémica, con múltiples vías para hacer daño a corto plazo; no solo ataca al sistema respiratorio, también afecta otras áreas, como cerebro, corazón, hígado, intestino, testículos y ganglios linfáticos. El daño a cada uno de estos órganos ha sido descrito y cada uno tiene alcances a largo plazo.

Uno de los síntomas más notables después de sufrir COVID-19 es la fatiga, que se ha encontrado entre un 14% y un 70% de los pacientes hasta 6 meses después de la infección. Este síntoma se ha asociado a mala calidad de vida hasta en un 30% de los pacientes recuperados, causando limitación en las actividades diarias.

Otras implicaciones son falta de olfato y distorsión del olfato persistentes después de haber tenido COVID-19. Además, se ha reportado disminución en el deseo de comer y hacer comida, cambios en el peso por la mala alimentación, así como disminución en las reuniones sociales, en la intimidad y hasta alteración en la percepción de la realidad.

Asimismo, se ha descrito que pacientes que se mejoraron del COVID-19 leve tienen una destreza aeróbica de ejercicio reducida e hiperventilación exagerada durante el ejercicio.

RECUERDA: Es crucial que completes tu ciclo de vacunación, incluyendo el refuerzo.

Evita las aglomeraciones, usa mascarilla (preferiblemente quirúrgica de tres capas) y lávate las manos a menudo con agua y jabón.

TSS-MKT-3608-2022-A