21 de junio de 2023
Columna Opinión
Por Roberto García Rodríguez
Principal oficial ejecutivo de Triple-S y presidente de la Fundación Triple-S
La Fundación Triple-S anunció recientemente la otorgación de $25,000 a cada una de 10 organizaciones comunitarias para atender el aislamiento social y la soledad en la población.
El anuncio se hizo en un evento en el cual los representantes de cada organización tuvieron la oportunidad de compartir sus proyectos. Quedé impresionado con el alcance de cada uno de ellos. Mientras escuchaba, me quedaba claro que estas organizaciones están haciendo comunidad al promover los vínculos sociales en un esfuerzo por atajar el aislamiento social y soledad en poblaciones vulnerables.
Muchas de las organizaciones seleccionadas tienen una larga trayectoria de servicio social. Pero, al responder a nuestra solicitud de propuesta para atender los riesgos a la salud que representan el aislamiento social y soledad, están yendo más allá y abrazan nuevos retos. En el caso de SER, utilizarán los fondos para implementar un programa basado en evidencia y desarrollado por UCLA para adultos jóvenes con autismo. El programa PEERS ayuda a desarrollar destrezas sociales entre los participantes de forma que puedan disfrutar de vidas más independientes y plenas.
La Fondita de Jesús es reconocida por su trabajo con las personas sin hogar. Ante el espantoso aislamiento experimentado durante la pandemia, vieron la necesidad de propiciar nuevas conexiones para la población sin techo al igual que para los adultos mayores. Con fondos de la Fundación, van a crear Conexión Saludable, un programa que intenta reducir la disparidad en el acceso a servicios de salud y bienestar en más de 25 municipios en Puerto Rico a través de talleres que muestren cómo utilizar los teléfonos móviles, tabletas, computadoras e Internet para acceder servicios y lograr conexiones con seres queridos y facilitar la creación de redes sociales.
Mientras tanto, la Fundación del Hospital Pediátrico, que por años se ha dedicado a habilitar con equipo médico al único hospital público dedicado a niños, vio la necesidad de apoyar las madres que pasan días y semanas acompañando a sus hijos con condiciones crónicas. Así que diseñaron un programa para conectar a las madres por el cual establecerán grupos de apoyo, ofrecer talleres educativos y webinars para navegar el sistema de salud y acceder los recursos que necesiten para ayudarles en su salud mental y calidad de vida.
Dado los cambios demográficos que incluyen una migración masiva, muchos de nuestros adultos mayores se han quedado atrás sin el apoyo que le provee la familia extendida. En la actualidad contamos con la proporción más alta de personas de 65 años o más en Estados Unidos y con la mediana de edad más alta. En respuesta a esta realidad, la Asociación de Exempleados de Socios en Acción (AESA) ha creado un programa para aprender a manejar la calidad de vida de los adultos mayores a través de una salud integral.
Nuestra Escuela es uno de un puñado de proyectos a los cuales le otorgamos fondos por segunda vez. Su proyecto se basa en que los jóvenes de Nuestra Escuela escuchen, comprendan y compartan con adultos mayores en el centro de Villa Peregrino en Caguas y ahora lo extiendan a otros dos centros.
Estos son cinco de los 10 proyectos de impacto que estamos apoyando este año. El atender el aislamiento social y la soledad resulta crítico para reducir riesgos de salud en nuestra población. Estamos entusiasmados conque estos proyectos puedan lograrlo y en el proceso crear comunidades vibrantes, que son inclusivas y que les permitan a sus integrantes vivir vidas plenas.