Enumerar todas las cualidades positivas de una mujer sería un proyecto sumamente extenso. Tradicionalmente han sido definidas como seres complejos por su alta capacidad de abarcar diversas dimensiones. Son versátiles y holísticas. Por lo tanto, para lograr su bienestar total debe balancear muchísimos elementos importantes en su vida.

El bienestar se define como la experiencia subjetiva de un individuo en donde disfruta de una satisfacción general gracias a la estabilidad de los diferentes aspectos que lo componen. En este bienestar convergen, pero no se limitan a, las dimensiones físicas, mentales, emocionales, espirituales, sociales, económicas, ocupacional o profesional y ambientales. La integración de estos elementos es importante para todos los seres humanos. Pero cada género presenta sus propias necesidades particulares por lo tanto, experimentan diferentes formas de complacencia y por consiguiente diferentes formas de alcanzarlas.

En el caso de la mujer, cada una de estas etapas son fascinantes e impactan las decisiones que marcarán su presente y moldearán sus acciones en cada día de su futuro. Estas son su infancia, los valores familiares, la visión del rol de las féminas en su hogar, empezar a caminar, ir a la escuela, jugar, menstruar, su primera relación de pareja, el embarazo, madurar…  

Belleza interior y exterior – El canon del aspecto físico y su atractivo asociado a la estética es una característica importante para la mujer. Incluye su apariencia, higiene y su práctica de la vanidad. Usualmente la mujer se cuida mucho desde que es una niña. Pero la belleza no solo se asocia a su hermosura, sino a una apreciación subjetiva. El encanto se comprende por varios elementos entre los cuales se incluye su belleza interior basada en su bondad, tolerancia, trato a los demás y actitud hacia las diversas situaciones de la vida.  Una mujer cultivada por dentro resulta ser encantadora para todos.  

Salud mental y estabilidad emocional – La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Una salud mental estable puede ayudar a manejar de forma efectiva las situaciones de estrés, mantener buenas relaciones personales y profesionales, conectar con los demás, contribuir a la comunidad, ser eficiente en las labores diarias y de trabajo, y trabajar productivamente. Una salud mental fortalecida contribuirá proporcionalmente a la estabilidad emocional y la capacidad que tiene la mujer de gestionar sus emociones de forma positiva para mantenerse como un ser humano estable y equilibrado. Recordemos que la mujer tiene un sinnúmero de roles a la vez respecto a su familia, a su trabajo profesional y sus labores diarias.

Salud física – De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la salud física se refiere al bienestar del cuerpo y su óptimo funcionamiento. Es la ausencia de enfermedades o el control de las mismas y el buen funcionamiento fisiológico del organismo. La salud física se interrelaciona con los demás elementos mientras ayuda a contribuir a la prolongación de la vida y mejorar su calidad. En su mayoría la mujer intenta seguir una dieta saludable. Sabe que debe mantenerse activa. Mantiene una buena higiene que contribuye a la prevención de enfermedades. Y debe asistir regularmente al médico para verificar la salud óptima de su sistema reproductivo. En el caso de enfermedad, la sobrelleva en yuxtaposición a sus roles diarios.

Salud sexual – Por años fue un tabú. Actualmente el tema puede parecer más abierto a compartir, opinar o señalar preferencias o incomodidades. Hablar sobre las necesidades sexuales puede facilitar el acercamiento entre la dama y su pareja y promover su satisfacción. Sentir confianza sobre su sexualidad es importante para la mujer, incluyendo relaciones saludables, planificación de embarazo y prevención de enfermedades. La intimidad no solo se refiere a las necesidades sexuales. La intimidad también incluye necesidades emocionales, espirituales, físicas y recreativas. La vida sexual es y debe ser uno de los eslabones importantes de su bienestar general.

Empoderamiento – Mucho se ha escuchado recientemente del empoderamiento de la mujer fomentando su participación plena en diferentes sectores incluyendo aportar para construir economías fuertes, establecer sociedades más estables y alcanzar objetivos de desarrollo, sostenibilidad y derechos humanos. La mujer se destaca cada vez más en el ámbito profesional y comunitario. Su nueva concientización de empoderamiento incluye conocerse a sí misma, plantearse metas propias a corto y largo plazo, retarse saliendo de su zona de comodidad, construyendo su propia red de contactos y allegados, capacitándose y sobre todo, trabajando con su autoestima y autoconfianza. 

Entorno familiar – ¿Por qué es importante la familia para la mujer? Su rol comienza en la creación, formación y mantenimiento de los valores que requiere una familia. Hablamos como esposa o madre o hija o hermana, o cualquier otra relación a la que le dé importancia. Su alta capacidad de resiliencia y fortaleza contribuye como un pilar sólido de cada familia.

Una mujer, como todo ser humano, tendrá constantemente situaciones y vicisitudes. Es el bienestar femenino el responsable de que pueda evaluarlas, analizarlas, adaptarse, trabajarlas y superarlas, de forma tan natural que prácticamente no se da cuenta.

Algunos tips para ser una mujer saludable:

  1. Visita frecuentemente tu doctor primario
  2. Observa los alimentos que ingieres
  3. Mantente físicamente activa
  4. Dale importancia al sueño y al descanso
  5. Elimina situaciones que causan estrés
  6. Aprende a decir que “no”
  7. No fumes ni ingieras drogas
  8. Practica la bondad y la empatía
  9. Reta tu mente
  10. Evita la soledad y el aislamiento

Referencias: