Naturaleza y actividad física: receta para mayor bienestar

“Entrar en contacto con la naturaleza es como salir de una olla de presión”, así caracteriza Yaritza Castro, trabajadora social, el efecto que tienen el aire libre, las plantas y el agua en el bienestar físico y mental de las personas de todas las edades.

Activa las hormonas de la felicidad

Castro asegura que ese contacto con el mundo verde ayuda a manejar el estrés. “Con varios minutos que estés en un ambiente natural con luz solar, bajan los niveles de estrés y aumentan los niveles de serotonina y endorfinas en tu cuerpo—dos de las llamadas hormonas de la felicidad—, así que aumenta tu sensación de bienestar general. La luz solar te ayuda a producir vitamina D y esta a su vez promueve la serotonina”, explica Castro, quien es líder del equipo del programa de prevención y educación en salud de APS, organización que ofrece servicios de salud mental a los asegurados de Triple-S Salud y Triple-S Advantage.

La literatura científica avala la importancia del contacto con la naturaleza. Diversos estudios concluyen que además de mejorar tu estado de ánimo, también afecta positivamente la claridad de pensamiento y la salud mental en general. Los científicos mantienen que no importa si son espacios verdes, playas, lagos o ríos tienen el mismo efecto. Y lo mejor es que logras beneficios no importa la cantidad de tiempo que estés al aire libre.

Castro señala que aún si tienes problemas de movilidad o no tienes acceso fácil a espacios al aire libre, puedes beneficiarte de tener un rincón verde o esquina de relajación en tu casa o apartamento. “Puede ser que tengas un tiestito de suculentas y que en algún momento del día te dé la luz natural y esto lo puedes complementar con música de relajación o una grabación con sonidos de la naturaleza. Cada uno es un mundo y puede buscar la opción que sea más apropiada para su situación. Lo importante es desconectarte y salirte de la rutina, que ese tiempo sea para ti”, comenta.

Multiplica los beneficios con la actividad física

Al igual que el contacto con la naturaleza, la actividad física también aumenta la producción de las hormonas de la felicidad, lo que también tiene un efecto positivo en el manejo del dolor. Además, los científicos han encontrado que el ejercicio puede usarse también para ayudar en el manejo de la depresión, ansiedad y demencia y contribuye a mantener la salud mental según envejecemos. Esto es posible debido a que la actividad física afecta directamente al cerebro, logrando que algunas regiones del cerebro aumenten su volumen y ayuda en la creación de nuevas neuronas y conexiones en áreas que tienen que ver con la memoria, regulación de las emociones y el aprendizaje.

Castro explica que aún las personas con limitaciones de movimiento pueden beneficiarse haciendo ejercicios y movimientos suaves en una silla.

La trabajadora social finaliza con un llamado a buscar ayuda profesional cuando los síntomas de depresión o de cualquier otra condición afecten tu vida diaria. “Pedir ayuda es un signo de fortaleza y el primer paso en el camino de la recuperación”, asegura.