Noviembre es el mes nacional de la concientización sobre la diabetes, una de las condiciones crónicas más complejas de manejar, pues involucra varios factores y puede llegar a generar muchas complicaciones de salud.

Aunque la condición altera la función endocrina del páncreas, cuando no se maneja bien, puede afectar a casi todas las partes de tu cuerpo, incluyendo: ojos, sistema nervioso, circulación de la sangre, riñones y hasta la capacidad para que las heridas sanen.

Por eso es tan importante mantenerla bajo control para que puedas tener una buena calidad de vida y evitar posibles complicaciones.

Estas son las 10 recomendaciones principales para lograr un control óptimo de la diabetes:

#1—Conoce bien tu condición

Mientras más sabes sobre la diabetes, mejor podrás cuidarte y realizar los cambios necesarios para facilitar la adherencia al tratamiento y el control metabólico.

#2—Lleva una alimentación balanceada

En general, debes consumir los alimentos a través del día, evitando comidas con una alta cantidad de hidratos de carbono o que sean de absorción rápida, ya que elevan la glucosa considerablemente. Pero, como hay que considerar varios factores, cada persona con diabetes debe tener una dieta única y personalizada diseñada por su médico y un nutricionista. 

#3—Mantente hidratado

Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de deshidratación porque un nivel elevado de glucosa en sangre provoca que los riñones intenten eliminarla en forma de orina. Por eso es que suelen tener más sed cuando se produce una hiperglucemia. El agua debe ser la base de la hidratación de una persona con diabetes.

#4—Realiza actividad física regularmente

La práctica de ejercicio físico es uno de los pilares fundamentales del tratamiento de la diabetes y previene las complicaciones asociadas. Sus beneficios se producen a otros niveles, como por ejemplo: mejora las cifras de tensión arterial, de colesterol y la función cardiovascular. El tipo de ejercicio y la intensidad debe adaptarse a la edad y la condición física de cada persona. 

#5—Monitorea tu glucosa

Es importante mantener las cifras de glucosa en sangre en el nivel óptimo antes y después de las comidas. Para ello es vital el análisis de los niveles de glucosa en sangre varias veces al día, ya que permite conocer el nivel de glucemia en el momento y detectar si baja o sube la glucosa. Tu médico te orientará sobre la rutina de monitoreo que debes llevar.

#6—Hazte la prueba A1C trimestralmente

La prueba de A1C es un análisis de sangre que proporciona información sobre los niveles promedio de glucosa en la sangre, también llamada azúcar en la sangre, en los últimos tres meses. Es la prueba principal utilizada para el control de la diabetes, vigilar la enfermedad y ayudar a tomar decisiones en el tratamiento para evitar complicaciones.

#7—Controla tu colesterol y presión arterial

Para evitar complicaciones, es necesario mantener tu presión arterial por debajo de 140/90. Además, los niveles de colesterol total deben ser menores de 200 mg/dl. El sedentarismo y el sobrepeso son factores que favorecen la aparición del colesterol LDL o “colesterol malo”, lo que significa que se acumulan las lipoproteínas de baja densidad en la sangre formando una placa que se deposita en las arterias.

#8—Cuida tus pies

Las personas con diabetes pueden presentar alteraciones de la sensibilidad y de la circulación. Por eso, es importante realizar una inspección diaria de los pies para comprobar la ausencia de lesiones, además de visitar con regularidad al podólogo.

#9—Revisa tus ojos

Es fundamental que las personas con diabetes realicen revisiones periódicas de sus ojos, especialmente el estado de la retina para prevenir, detectar y tratar con éxito cualquier tipo de complicación. 

#10—Cumple con tu tratamiento de medicamentos

Si usas insulina o algún medicamento oral para controlar la diabetes, debes hacerlo justo como te lo recetó el doctor. No te vayas del médico sin aclarar los horarios y las dosis que debes tomar y cómo afecta la comida a tus medicinas. Usar las medicinas incorrectamente te pone en mayor riesgo de perder la visión, dañar tus riñones y nervios, así como de amputaciones. Asegúrate y oriéntate sobre las cubiertas y copagos de tu plan médico para el tratamiento.

Recuerda, siempre debes consultar con tú médico sobre esta y otras condiciones de salud para manejarlas de forma correcta y vivir una vida sana.