En múltiples ocasiones nos olvidamos de entender, comprender y manejar las emociones que nos pueden estar afectando en cualquier momento. Por lo que decidimos pasarlas por desapercibidas o simplemente no trabajarlas y continuar. Esta acción puede complicar las situaciones que nos afectan o presentan, así como, nuestra estabilidad emocional. El saber cómo debemos brindarle la importancia que merecen, nos asistirá a fortalecernos como seres emocionales de manera efectiva.
Las emociones son reacciones afectivas que presentamos todos los seres humanos, como consecuencia de alguna circunstancia o situación vivida. Desde muy pequeños/as nos enseñan a nombrar las emociones básicas: alegría, tristeza, coraje, miedo, sorpresa, asco, amor, entre otras. Pero en ocasiones no se nos enseña cómo entenderlas, manejarlas, comprenderlas, y el estar conscientes de que siempre están y estarán presentes durante nuestra vida y desarrollo humano. Nuestras emociones van a tener un efecto directo con respecto a nuestro comportamiento; socialmente aceptable o conflictivo. El manejo emocional puede ir desarrollándose desde que nacemos a través de nuestro aprendizaje social, de manera individual por medio de nuestras experiencias de vida, refuerzos, y consecuencias, si las reprimimos o no, y si decidimos aprender a que éstas, no afecten nuestro estilo de vida o salud mental. El tomar conciencia de ellas, es uno de los pasos, para poder manejar nuestras emociones de manera asertiva y efectiva. No dejando atrás el validarlas para poder brindarles la importancia que merecen.
En ocasiones podemos pensar que las emociones pueden ser catalogadas como “malas o buenas”, lo que se confunden con emociones negativas y positivas. Aclarando que ninguna emoción es mala o negativa, lo que puede hacer de una emoción que afecte negativamente, son las consecuencias que tienen en nuestro comportamiento, el cual sí puede ser uno conflictivo y “negativo” socialmente, afectándose a sí mismo o a otras personas.
Las emociones como el coraje, miedo o tristeza tienen consecuencias emocionales mucho más intensas, no agradables. Que, por el contrario, las emociones como alegría, amor, sorpresa nos evocan reacciones positivas y satisfactorias.
Para que puedas comenzar a aprender a tomar conciencia de tus emociones, sigue estos pasos sencillos y fáciles de recordar:
- Primer paso es el conocer y nombrar lo que sentimos, es sumamente importante, si queremos comenzar a tomar conciencia de nuestras emociones. Poder decir: me siento triste, estoy feliz o tengo miedo.
- El segundo paso, es el entender y comprender, que cada una de las emociones que experimentamos son importantes; valida tus emociones. Es importante saber cómo te sientes y lo que sientes.
- Aprender estrategias para poder manejar tus emociones. Existen varias estrategias para poder manejar las mismas: relajación dirigida, mindfulness, imaginería, escuchar sonidos de naturaleza relajantes (u otros), ambientar el lugar donde te encuentres con olores agradables, escribir lo que sientes, dialogar con otra persona, tomar un tiempo fuera (time out), entre otros. Cada persona adopta la estrategia que le asista en su momento en particular.
- Poder dialogar con un profesional de la salud mental, y ventilar lo que sientes.
- Entender que eres un ser humano emocional, y que eres capaz de manejar lo que sientes. En ocasiones será más sencillo, en otras, un poco más complicado. Pero teniendo conciencia de que ERES CAPAZ.
- No te juzgues si en algún momento no puedes regular tu emoción, busca ayuda y tómate tú tiempo. Somos seres humanos emocionales, y no somos perfectos.
Estemos alertas de nuestros cambios, nuestras emociones, los efectos que tienen cada una de ellas en nuestras vidas, para poder experimentar y adoptar un mejor estilo de vida. Nuestra salud mental depende mucho de nuestra estabilidad y regulación emocional. Al poseer balance entre ellas, nos permite fluir y poder madurar continuamente a través de cada una de nuestras etapas de vida. Cuida tu salud física, mental, alimenta tus emociones que pueden generar reacciones placenteras y positivas. Crea el balance perfecto.
Las emociones son y serán parte esencial del desarrollo y crecimiento del ser humano, Desde que nacemos, experimentamos nuestras emociones. El llorar como estrategia de comunicación no verbal, cuando infantes nos puede generar reacciones hacia nuestros cuidadores que pueden codificar como tristeza, hambre o alguna incomodidad. Se convierte entonces en una forma de expresión, para poder obtener lo que deseamos. Mientras vamos creciendo, aprendemos la importancia de las emociones, en nuestras vidas. Podemos ir aprendiendo a tomar conciencia de regularlas y validarlas. Al no poder lograrlo por ti mismo, es sumamente importante que puedas buscar la ayuda profesional que necesites, para que adoptes las estrategias necesarias que puedan asistir a mejorar tu salud mental.
La autora del artículo, la Dra. Vernice Hernández Gómez, es psicóloga clínica y terapeuta de parejas y familias de la facultad de Universidad Albizu en San Juan, Puerto Rico.