Por: Ángel Rivera Osorio, Educador en Salud de Triple-S

 

Mantener una rutina de actividad física no depende solo de tus músculos, sino también de tu mente. Si comenzaste el año con la meta de ir al gym, correr o practicar algún ejercicio y sientes que la motivación está bajando, no estás solo. Muchas veces no necesitas más motivación, necesitas disciplina.

La disciplina se construye con pequeñas decisiones diarias. Lo primero es definir tu por qué. ¿Por qué empezaste? ¿Qué beneficio estás buscando? Escríbelo y léelo cada mañana. Esto refuerza tu propósito y te recuerda que el esfuerzo vale la pena.

Luego, crea una rutina realista y consistente. No intentes ir al gimnasio cinco días a la semana si apenas estás comenzando. Es mejor entrenar tres veces a la semana de forma constante que abandonarlo al segundo mes. Establece días y horarios fijos para tu entrenamiento y protégelos como si fueran reuniones importantes.

Si un día no pudiste hacer tu rutina de actividad física, utiliza ese día para prepararte y mantenerte motivado. Haz recordatorios visuales y mentales. Coloca tu ropa de ejercicio lista la noche anterior. Programa alarmas motivadoras con frases como “¡Hoy te acercas más a tu meta!” o “Hazlo por ti”. Estos pequeños trucos preparan tu mente y cuerpo para la acción.

También puedes incorporar ejercicios mentales:

  • Practica la visualización positiva: imagina cómo te sentirás al terminar tu rutina, lleno de energía y satisfacción.
  • Usa el diálogo interno constructivo: cámbiate el “no tengo ganas” por “solo necesito empezar”.
  • Lleva un registro breve de tus progresos: anota cuándo entrenaste y cómo te sentiste. Ver tu avance te motiva a seguir.

Recuerda que habrá días difíciles, pero ahí es donde entra la fuerza de voluntad entrenada. No necesitas querer hacerlo, solo hacerlo. Cuanto más actúas, más fortaleces tu disciplina.

Si te ayuda, busca apoyo o comunidad. Entrenar con un amigo o unirte a un grupo online puede darte ese impulso extra que necesitas. Y si te caes, no empieces de cero, continúa desde donde te detuviste.

Lo más importante: sé amable contigo, pero firme. Construir disciplina no es fácil, pero cada esfuerzo suma. Estás formando un hábito que transformará tu vida, y eso merece todo tu compromiso.

¿Quieres más consejos para mantenerte activo? Te recomendamos leer estos artículos aquí en nuestro Blog Triple-S:

Haz clic, lee, y sigue avanzando en tu camino hacia una vida más activa y saludable. ¡Tú puedes!