El rol protagónico que ha asumidos la organización es el resultado de tres décadas de desarrollo de líderes comunitarios, sobre todo en la población más joven.


Si alguien conoce el valor para la comunidad de una organización como PECES, ese es José Oquendo. Hoy es su presidente, pero no olvida ni por un momento que es producto de sus programas, ni el impacto positivo que esas iniciativas han tenido en miles de vidas a lo largo de 35 años.

PECES tomó un rol destacado en Humacao y buena parte de la zona este de la Isla desarrollando iniciativas de reconstrucción y canalizando fondos luego del huracán María. Pero ese rol protagónico es el resultado de tres décadas de desarrollo de líderes comunitarios, sobre todo en la población más joven.

Oquendo cuenta que PECES nació como respuesta a los problemas sociales—particularmente pobreza, desempleo y deserción escolar—  en Punta Santiago, Humacao. El Programa de Educación Comunal de Entrega y Servicios (PECES) surgió del trabajo pastoral que la Hna. Nancy Madden realizaba en la zona, y de un grupo de residentes que buscaban atender las carencias de la comunidad. Y desde esos comienzos, la educación y el desarrollo económico ha sido la ruta que han seguido.


“Somos fuertes, pero muy humanos”
La experiencia de Irma y María en 2017 les hizo repensar cómo responder “a una crisis que afectó tanto la vivienda como las necesidades primarias de la gente”. Parte de la respuesta fue la creación del Centro de Sostenibilidad Comunitaria para facilitar el proceso de recuperación y promover la resiliencia. Las lecciones que aprendieron en el proceso, explica, también han servido para capacitar a la comunidad para prevenir y resolver crisis. Pero aun con todos esos aprendizajes, el 2020 ha puesto a prueba a la comunidad. Los sismos —con la amenaza de tsunamis— y episodios de inundaciones, así como la pandemia, hicieron que emergieran muchos temores entre los residentes. “Somos fuertes, pero muy humanos”, subraya.


Celebración de las historias de éxito
La escuela modelo de educación alternativa es uno de los mayores orgullos de la organización. “No me gusta hablar del sufrimiento, prefiero celebrar cada historia de éxito de estos jóvenes”, afirma en referencia a los estudiantes de esa escuela superior. Explica que muchos de ellos habían interrumpido su proceso de educación y tienen historias de vida muy fuertes, pero han logrado superarse y eso se celebra.

“Me llena de orgullo que más allá de los servicios que damos, servimos para transformar la vida de la gente”, expresa con satisfacción. La escuela modelo atiende anualmente a cerca de 250 jóvenes de la zona.


Futuro y resiliencia
Las experiencias recientes les han ayudado a fortalecerse como organización, pero quieren ir un paso adicional y están en proceso de identificar una edificación resistente que les permita establecer un centro de mando para poder responder rápidamente a crisis futuras, no importa de qué tipo.

Además, continúan ampliando los servicios que ofrece el Centro de Sostenibilidad. Entre ellos, se encuentra la entrega de alimentos a personas encamadas y familias que enfrentan dificultades. Entre las iniciativas futuras que están considerando es el establecimiento de una clínica de salud para atender las necesidades de las comunidades, en especial el numeroso grupo de adultos mayores.

“PECES es una organización con una gran trayectoria de trabajo e impacto positivo en Puerto Rico. Su gestión luego de los huracanes en 2017 ha sido un gran ejemplo para el tercer sector. En Fundación Triple-S queremos apoyarles a continuar fortaleciendo y expandiendo su Centro de Sostenibilidad, así como sus esfuerzos para promover la seguridad alimentaria entre la población mayor”, expresó Ivelisse M. Fernández, directora ejecutiva de la Fundación Triple-S.